Agricultura en Panamá: ¿Quién controla el uso de plaguicidas peligrosos para la salud?
Salud en Panamá
Ciudad de Panamá/En Panamá ninguna empresa puede legalmente comercializar, importar y mucho menos mantener a la venta agroquímicos que aparecen en la lista de plaguicidas prohibidos, afirma la Asociación Nacional de Distribuidores de Insumos Agropecuarios y Maquinarias (Andia).
Sin embargo, un estudio reciente sostiene que en el país se comercializan 64 plaguicidas altamente peligrosos que cuentan con su respectivo registro sanitario vigente, a pesar de que están prohibidos en otras naciones.
Agrega que hasta el 2020 el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) autorizó, según los registros de insumos fitosanitarios, el uso en el país de 75 ingredientes activos de plaguicidas altamente peligrosos para la salud.
La prohibición de plaguicidas prohibidos está normada por la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal del Ministerio de Desarrollo Agropecuario, entidad que de acuerdo con la Andia mantiene un listado actualizado que “comparte periódicamente con las empresas del sector”.
El estudio, realizado en noviembre de 2020 por Raúl Carranza y Ana María Jiménez, biólogo entomólogo y bióloga-ornitóloga de la Universidad de Panamá, respectivamente, insta a las autoridades a aplicar el Decreto 305 de 2002, que en su artículo 5 indica que todo plaguicida que esté prohibido en cuatros países inmediatamente debe ser vetado localmente.
Anualmente los panameños consumen, no ingieren, unos 2,2 kilogramos per cápita de plaguicidas, cantidad superior a Centroamérica, donde la media es de 2 kilogramos
Respecto al tema de los registros de agroquímicos, lista de productos prohibidos y lista de productos de uso restringido en Panamá, la Andia aclara que varios son los pasos a seguir por una empresa importadora para lograr obtener un registro para una nueva molécula o la renovación de un registro vencido localmente.
La junta directiva de la Andia explica en un comunicado que el proceso inicia presentando una solicitud debidamente preparada por un ingeniero agrónomo idóneo ante la oficina de registros de la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal del MIDA, siguiendo los pasos establecidos en el Manual de Procedimientos para el Registro de Plaguicidas.
Aquí, aducen, también se involucran las autoridades del Ministerio de Salud, y en el caso de nuevas moléculas, el Instituto de Innovación Agropecuaria de Panamá (IDIAP).
Este no es un procedimiento sencillo ante una sola autoridad. Se requiere cumplir con todos los requisitos establecidos por tres entidades del Estado y con las nuevas normativas establecidas en el Reglamento Técnico Centroamericano”, señalan.
En un medio local, Óscar Osorio Casal, exministro del MIDA, negó que en el país se venda la mayoría de los 64 plaguicidas altamente peligrosos de los que habla el estudio.
Puntual, el biólogo entomólogo de la Universidad de Panamá y uno de los autores del estudio, Raúl Carranza, aseguró que todo lo expuesto en el documento “está caracterizado al registro de 303 páginas del MIDA”.
Lo que hicimos, añadió, fue tomar la lista del MIDA y caracterizarlos, según la clasificación del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC).
Del 2015 al 2017 al país se importaron en promedio 23.9 millones de kilogramos de pesticidas de uso agrícola, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo, mientras que cifras preliminares de 2019 arrojan un total de 8,517.8 toneladas métricas.
Entre los cuatro herbicidas más utilizados en el país -el 2,4, D, paraquat y atrazina- se encuentra el glifosato, llamado por muchos como el herbicida “seguro”, pero que en la última década ha sido motivo de polémica mundial por haberse presentado estudios en cuanto a sus efectos adversos. De hecho, en el 2015, el IARC lo clasificó como un “probable carcinogénico humano”, según cita otro estudio realizado en 2019 por Pauline Garcerán y Mónica Castillo, de la Universidad Tecnológica de Panamá.
El litro de glifosato en el mercado local tiene un precio que oscila entre $3.50 a $4.95, reseña una encuesta de marzo de este año de la Autoridad de Protección al Consumidor y Asuntos de la Competencia (Acodeco).
Las investigadoras Garcerán y Castillo, en su trabajo “Uso de plaquicidas en la agroindustria: Panamá y el mundo”, aclaran que “el vínculo entre la creciente incidencia de enfermedades crónicas y el uso de plaguicidas, como glifosato, es difícil de comprobar ya que este ingrediente activo actúa a nivel celular, a través de la disrupción de proteínas”.
Apuntan a que el uso de este ingrediente activo está aprobado para la agricultura en Panamá, lo mismo que para la Unión Europea, que lo ha admitido hasta el 2022.
En el país, la provincia de Chiriquí, por ser la productora agrícola por excelencia, utiliza la mayor cantidad de herbicida importado, seguido de Veraguas, Coclé y Los Santos, respectivamente. Bocas del Toro, utiliza la mayor cantidad de fungicida, siempre de acuerdo con el estudio de la Universidad Tecnológica de Panamá.
La Andia informó que en Chiriquí mantiene el único centro de acopio y disposición final de envases vacíos de plaguicidas, para evitar que se reutilicen de manera indebida. “En este momento, con la participación de los productores de arroz, ganaderos y empresas exportadoras de madera, trabajamos para lograr construir un segundo centro de acopio regional de envases vacíos de plaguicidas para Panamá Este y Darién. Tenemos como meta la construcción de un tercer centro de acopio para las provincias de Coclé, Herrera, Los Santos y Veraguas”.
En esta coyuntura de la pandemia, el gremio de distribuidores de insumos agropecuarios y maquinarias asegura que adquirió el compromiso con el Gobierno de mantener disponibles en inventario los plaguicidas y fertilizantes requeridos para garantizar la producción agropecuaria nacional.
Cada vez que se aborda el tema de los plaguicidas causa escozor, mundos paralelos, pues no falta quienes como Paracelso, el padre de la toxicología, afirman que “nada es veneno, todo es veneno, la diferencia está en la dosis”.