Del trabajo infantil
Hace más de 20 años hice mi primer reportaje sobre trabajo infantil, y ver a niños de la etnia Gnöbe recogiendo café bajo un sol que no se aplacaba con el frio de Boquete me partió el alma, y se convirtió en uno de esos días en que por muy periodista que te creas y pretendas limitarte a los hechos que ves, lloré. No fue un llanto partido, quizás fueron solo ojos aguados disimulables con una brusca que cae, pero fue de esos días que el sentimiento pudo más.
Era una época en que los niños Gnöbes casi que no iban a la escuela por irse a trabajar con su familia, me dijeron que en la zafra es peor y que allá les pagaban por producto entregado y los papás para poder cortar más caña sumaban a los hijos y así entregar más caña por una miseria. Fui a la Raya de Santa María y lo vi. No eran gnöbes pero eso no importa, y había niñas, ellas no cortaban caña pero repartían el agua.
El código de la Familia vino después y las cosas cambiaron, salieron los niños de los cafetales, de los cañaverales y sin darnos cuenta salieron de los supermercados, escuché que alguna cadena exigía que estuvieran en la escuela y que no fueran de noche. No los veo en ningún turno. Creo que eso le hace bien a los niños, los niños no deben trabajar, deben jugar y estudiar.
Recientemente vi una cuña sobre el trabajo infantil y me dejó un poco extrañado. Lo que vi no se acerca a lo que vi en Boquete en 1994 ni en La Raya de Santa María, aquí una niña sueña que debe lavar un cerro de ropa y cuando despierta su mamá la alivia al contestarle que ella no tiene que trabajar. Mi mente voló y empezó a revivir algunas imágenes y situaciones alrededor del trabajo infantil.
Mi mente ahora vuela distinto, no soy el periodista novato de 20 años al que se le aguan los ojos con facilidad, y no es que me haya vuelto insensible, ahora veo niños en los semáforos limpiando vidrios o pidiendo dinero el primer día de vacaciones, vi un vídeo que se hizo viral de un niño robando un supermercado con una pistola que apenas podía levantar. Pero las estadísticas dicen que hay 50% menos de niños trabajando.
A mi juicio trabajar en casa es parte de la formación del individuo, entender que se vive en una comunidad y que cada uno tiene funciones. Ciertamente los niños tienen derecho a ser niños, y los hermanos más grandes no tiene que dejar de ser niños para volverse la nana de los mas pequeños, pero no hay nada malo en que ayuden en los temas relacionados con la casa. Cuidarlos un rato, aprender a cocinar o ayudar en los quehaceres es parte de la formación del carácter, eso no es trabajo infantil.
Traer una niña de una familia pobre de la montaña y decir que la crió como si fuera una hija mientras la tenía de empleada doméstica no es un favor que le hace a un niño, eso sí es una forma de trabajo infantil y de maltrato, quizás la forma más económica de servicio doméstico y al mismo tiempo expiar sus pecados creyendo que le hace un bien a alguien cuando en realidad lo vuelve un esclavo. No es lo mismo traer a una niña de familia pobre del campo a lavar ropa que TU hija lave su ropa.
Llevo mi ropa a la lavandería y un chino plancha en una de las máquinas junto a un trabajador afrodescendiente que oye bachata, mientras que una niña igual al chino pero con cabello largo y uniforme de escuela privada me recibe la ropa, la cuenta y me hace un recibo después de una suma mental del número de camisas y pantalones que me dejó perplejo. La hice con calculadora y no se equivocó. Le pregunta al que evidentemente es su papá una fecha y el señor le contesta que para 3 días después. la niña no planchaba, solo recibía y entregaba ropa ¿es eso trabajo infantil?